sábado, 29 de mayo de 2010

La conquista de Mallorca por Jaime I


Fue muy meditada. Desde 1.227 se había tratado la posibilidad de su conquista estudiando la situación. Su objeto era dotar a Cataluña de una avanzada en el mar que, en principio garantizaría la protección de las costas catalanas. También tenía por objeto deshacer el refugio de piratas instalado en las islas, apoderarse de su comercio y, como último objetivo (posteriormente el más importante) tener dominado el primer tramo de la ruta hacia Levante. Para abordar empresa de tal magnitud, a fines de 1.228, el Rey convocó Cortes en Barcelona y, a instancias de la burguesía de esa ciudad, el resultado de las mismas fue el compromiso de la nobleza eclesiástica y también de la nobleza laica de enviar cierto número de caballeros y peones a expensas de esta nobleza para la conquista de Mallorca estableciéndose que las tierras conquistadas serían repartidas entre los conquistadores. El rey no recibiría más que una parte ya que la empresa era concebida casi como una Sociedad Anónima.
En su Crónica registra estas Cortes señalando las intervenciones de los nobles con todas las pretensiones y requisitos de esta expedición que, finalmente será aprobada. También se aprobó el cobro, en las Cortes, del “bovatge” para sufragar la empresa (impuesto a todos los catalanes). Igualmente se sanciona una “Constitución de paz y tregua” para toda Cataluña mientras dure la expedición (penas durísimas). También se conseguirá del legado pontificio la cruz cosida al pecho para los expedicionarios, privilegio que simbolizaba la cruzada contra los musulmanes.
La nobleza aragonesa hizo lo imposible para desviar el ejército a la conquista de Valencia pero el rey fue inflexible porque estaba muy agradecido a los catalanes. Por ello Aragón no participó apreciablemente en la conquista de Mallorca salvo nobles a título individual (por aquello del pactismo de la Corona de Aragón tan diferente a la absorción castellana). Sí acudieron antiguos súbditos como algunos caballeros del Sur de Francia y naves extranjeras en plan mercenario.
Se trataba de una expedición de unas 150 naves, 800 caballeros y 1000 peones. Partió
De Salou en septiembre de 1.229. La travesía fue de tres días, desembarcando en Santa Ponça sin apenas reacción sarracena. La primera resistencia seria fue en Portopí porque muchos destacamentos hubieron de acudir a estos altos y aquí lo peor lo llevaron los catalanes que en la lucha perdieron a Ramón y a Guillermo de Montcada.

Una vez superada la batalla se asedió y asaltó Palma de Mallorca el 31 de diciembre de 1.229 Sin embargo la resistencia en las montañas se mantendrá hasta 1.232 cuando concluirá definitivamente la conquista de la Isla de Mallorca. De esta forma comenzó Cataluña su primer paso en la expansión mediterránea.

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